“Pero no fue imposible porque el amor y las ganas de vivir de Arleth me dieron las fuerzas que necesitaba.”

Arleth nació a las 35 semanas y seis días de 5 libras y 13 onzas. Estuvo 23 días en UCIN. Fue bautizada en el hospital porque supuestamente nunca iba a salir allí.

Después, los médicos me preguntaron si quería traerla a casa para que no muriera en el hospital y estuviera rodeada de su familia cuando eso pasara. Les dije que sí, que me la dieran, que la iba a traer a casa.

Los médicos me dijeron: “ella no necesita nada. No necesita pediatra. Sólo necesita amor porque quizás no esté con ustedes más de 15 días”.

Mi marido le contestó al doctor: “eso es lo que usted dice ahora. Yo voy a escuchar lo que dice Dios”… Y Arleth vino a casa en una ambulancia especializada con dos máquinas para que pudiera respirar que usaba las 24 horas del día; una máquina para comer; y una máquina que le medía el oxígeno y los latidos del corazón.

Pasa un mes y yo veo que Arleth va evolucionando mejor de lo que ellos me habían dicho, y empecé a buscar otros médicos. Busqué otro cardiólogo y un pediatra. Empezamos quitándole la máquina que le ayudaba a respirar -entre 2 y 5 minutos cada día- para ver cómo evolucionaba. Con el tiempo, solo se la ponemos cuando la necesita.

El primer año fue muy duro: unas ocho hospitalizaciones y enfermeras 16 horas al día los 7 días de la semana… y yo apenas podía dormir. Pero no fue imposible porque el amor y las ganas de vivir de Arleth me dieron las fuerzas que necesitaba.

Hoy en día Arleth tiene diferentes especialistas. Tiene el diagnóstico de ceguera, oye muy poco y utiliza aparatos ortopédicos. Hace terapia física, terapia ocupacional y terapia del habla. Va a la escuela dos veces a la semana y en noviembre de 2020 tuvo COVID 19 aunque apenas tuvo síntomas. También presenta convulsiones.

A pesar de todo esto, a Arleth le encanta mirar televisión y escuchar música, dar vueltas en el suelo y jugar con juguetes de música y luces. Además, tiene una personalidad muy fuerte, sabe lo que quiere en cada momento.

En la actualidad, Arleth tiene 3 años y 8 meses, y pesa 36 libras. Es una niña totalmente feliz, conoce a toda su familia y a las enfermeras que la cuidan. Es la felicidad de nuestro hogar y es un verdadero milagro.

Written by: Alma Ortiz – Arleth’s mom
Translated by: Nadin Koharic